Atrio de los Gentiles

El concepto Atrio de los Gentiles viene de lejos. Corría el año 20-19 a. C, cuando el rey Herodes dio inicio a la gran obra de renovación del segundo templo de Jerusalén construido después del exilio. La particularidad de este templo era que, además de las áreas reservadas a los miembros del pueblo de Israel (hombres, mujeres, sacerdotes) se dispuso un espacio en el que todos podían entrar, judíos o no judíos, circuncisos o no, miembros del pueblo elegido o no, personas educadas en la Ley o no: gentiles o paganos. En ese espacio, también, se reunían rabinos y maestros de la Ley dispuestos a escuchar las preguntas de la gente sobre Dios y a responder en un intercambio respetuoso y misericordioso.
Esto era el atrio de los gentiles o paganos, en latín atrium gentium, un espacio que todos podían atravesar y en el cual podían permanecer, sin distinciones de cultura, lengua o profesión religiosa, un lugar de encuentro y de diversidad en el cual se podía dialogar sobre temas importantes.
Esta es la inspiración para el Pontificio Consejo de la Cultura: «el Atrio de los gentiles», lugar de encuentro y de diálogo, espacio de expresión para aquellos que no creen y para aquellos que se hacen preguntas acerca de la propia fe, una ventana al mundo, a la cultura contemporánea y una escucha de las voces que ahí resuenan.
Se ha abierto un espacio al cual todos pueden acceder y participar a la búsqueda del Dios desconocido.
El Atrio de los gentiles, hoy, es un espacio de debate y diálogo que se tiene dos frentes: los encuentros físicos y el espacio virtual. El Atrio organiza eventos en distintas ciudades del mundo con el fin de crear diálogo y abrir sendas diferentes para pensar acerca de temas importantes para la humanidad: la belleza, la ley, la trascendencia, la ciencia, el arte, etc... El diálogo está organizado en duetos (creyentes - no creyentes) entre intelectuales más destacados de la cultura laica y católica.
El Atrio virtual sigue los eventos físicos, antes y después, creando nuevos espacios interactivos a los cuales pueden acceder quien tenga una conexión a internet, participando activamente en las discusiones o proponiendo nuevas ideas.
Respondiendo a la invitación del Pontifico Consejo para la Cultura, así como a los objetivos propios que siempre acompañaron al carisma dominicano, los frailes de la Orden de Predicadores (Dominicos) en España ofrecen su aportación favoreciendo espacios de diálogo entre fe y cultura, mediante una serie de actividades abiertas a todos aquellos que quieran reflexionar juntos en búsqueda de la Verdad, utilizando diversos lenguajes culturales.